Familia: Creación de Dios

Serie de Talleres "Familia vive tu misión" , Obras Misionales Pontificias, Nro. 8

Introducción

Esta enseñanza está basada en la reflexión del salmo 139, 1-16  en donde nos muestra el amor de Dios por cada uno de nosotros, de ahí que no podemos huir de su presencia porque Él, todo lo sabe, todo lo escruta, todo lo conoce, lo advierte, lo conduce y lo alcanza; pues somos un verdadero prodigio, una obra del poder divino.

Es desde la familia donde Dios nos quiere enseñar a vivir el amor verdadero, para poder crecer como hijos (as) de Dios. “La familia dice Juan Pablo II es la primera y más importante escuela de amor, en donde el hombre puede aprender a amar y a sentirse amado no solo por otras personas, sino también y ante todo por Dios”

Ambientación

Arreglemos el lugar de encuentros con el nombre de los integrantes de la familia en forma creativa y agradable y debajo del nombre coloquemos una hoja de carta en blanco.

Testimonio Familiar

Recordemos nuestro compromiso de la semana pasada y compartamos la experiencia.

Oración

Proclamar pausadamente el salmo 139:1-16 y leamos despacio e interioricemos del 13 al 16 y compartamos lo que nos dice a cada uno. Ahora leamos para completar y destaquemos lo que más nos impactó.
 
Este Salmo refleja el amor de Dios por cada uno de nosotros:
 
"Mis huesos no te eran ocultos cuando fui moldeado en secreto y bordado en las profundidades de la tierra".
 
Esto nos permite entender que Dios como Padre nos crea y moldea como personas únicas y especiales y nos coloca en una familia que con sus vivencias comunitarias nos ayudan a crecer y desarrollarnos como personas en todas nuestras dimensiones. 

 ¿No es un gran regalo?

En un momento de silencio reflexionemos sobre cómo estamos aportando a los demás miembros de la familia para su crecimiento, luego toda la familia pasa al frente de cada nombre y en la hoja en blanco escribe:
  1. ¿Qué voy a aportar para que esta persona crezca en todos los aspectos? 
  2. Después de la dinámica cada uno expresa sus conclusiones.
Ahora el Coordinador pasará un papelito a cada integrante con la pregunta: ¿Qué espero que me aporte mi familia para que yo crezca como hijo de Dios?

Compromiso

  1. Cumplir lo ofrecido a cada persona para que crezca.
  2. Ayudar a  un amigo o amiga a acercarse más a Dios.
Concluimos nuestro encuentro con una oración de acción de gracias a Dios.
No olvidemos que siempre debemos orar por la misión universal y dar nuestro aporte económico.