Otro año que queda atrás…

adorno navideño
Por Nelly Rincón G.
 
Por estos días, vemos desfilar una serie de situaciones que nos anuncian que estamos en navidad y próximos a finalizar el año. 
 
Entre estas situaciones escuchamos y hasta entonamos la canción ven a cantar, ven a cantar, que ya está aquí la Navidad…”.  Pareciera que esta canción compuesta por el autor J. R. Flores y muy hermosamente interpretada por el Grupo la Hermandad en su versión original, nos presagia que es un año más que terminará y nos hace preguntarnos cómo comenzar el siguiente.
 
Nuestra Iglesia Católica nos propone cómo hacerlo. De hecho, el tiempo que comenzó el 1º de diciembre, el Adviento, se nos presenta como la época propicia en penitencia, para reflexionar y hacer un balance del año que termina y de prepararnos para retos nuevos en el año venidero.
 
El adviento es el primer periodo del año litúrgico cristiano católico; es un tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo, en los cuatro domingos más próximos a la festividad de Navidad
 
Qué mejor que comenzar el nuevo año con una reflexión profunda acerca de nuestra vida, de lo que somos y de lo que hemos hecho, para que no sea un año más que termina con pocos frutos. Desafortunadamente para muchos las fiestas de fin de año no siempre son de alegría, paz  y felicidad, como se esperaría, sino soledades, frustraciones, tristeza y más, producto de los resultados de los balances que no siempre son alentadores. 
 
Debemos hacer algo y no quedarnos en la depresión, aunque el balance de este año no sea del todo satisfactorio. Qué forma más esperanzadora es vencer la depresión por medio de la perseverancia en la oración, el estudio diario de la Palabra de Dios, el compartir con la familia y con los hermanos siempre que sea posible.
 
Que en esta navidad la tradicional imagen publicitaria de la familia reunida en paz y armonía para compartir la cena,  no sea solo eso, una imagen,  sino la realidad de quien también en familia sembró este año y recoge los dulces frutos de la cosecha.
 
De igual manera podemos irnos preparando para el año que viene haciendo  planes, emprendiendo nuevos proyectos o retomando aquellos que quizás hemos dejado pendientes, o terminando ciclos que se han quedado sin cerrar.
 
Que el año 2014 no sea otro año que queda atrás, con las cosas iguales; que las inquietudes  sean resueltas y se abran muchas posibilidades que nos ayuden a alcanzar las metas propuestas; que haya la flexibilidad en nuestros proyectos, la capacidad para rectificar nuestros pasos, que cada día se desarrollen más esas habilidades que Dios nos dio; que el Espíritu Santo potencialice nuestras fortalezas y minimice nuestras debilidades y por encima de todo, que nuestros proyectos estén dentro del plan perfecto de Dios y de su infinito amor.
 
Felices fiestas.
 
Corona de Adviento