FUNDACIÓN HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO
GUÍA DE PREDICACIÓN

Mayo 6 – 2015

¡Hija, tu fe te ha salvado!

Evangelio según San Marcos 5, 21-43

Objetivo

Reconocer nuestra fe en Jesucristo como la única forma de tener vida y vida en abundancia, la vida digna de los hijos de Dios.

Desarrollo

Jesús y sus discípulos, después de la experiencia en la tierra de los paganos, se interna de nuevo en el mundo de los judíos. En este contexto aparece la figura de un jefe de la sinagoga, maestro de leyes y normas; un padre de familia atribulado porque su hija está moribunda. Pero, también la realidad situacional de dos mujeres, donde se destaca un número común: la edad de la niña (12 años) y los años en que la mujer padece de una hemorragia (12).

Estas dos mujeres se encuentran en un horizonte de muerte. La niña está moribunda y la hemorroisa ha gastado toda su fortuna. Es decir, están en una situación límite. El pueblo considera a la hemorroisa impura por aquello de la sangre. Y, desde la ley la mujer es marginada por la enfermedad. En el caso de la hija del jefe de la sinagoga, las noticias que llegan de su casa no son alentadoras, son noticias que desaniman la fe y el camino que recorre Jairo junto a Jesús.

El panorama de estas dos mujeres, es poco y casi nada, como también la tristeza que invade a Jairo, quien considera inútil su viaje porque creía que Jesús podía hacer algo por su hija, evitando un triste final.

Pero, la presencia de Jesús en la vida de Jairo y en la de estas dos mujeres es un paso de la muerte a la vida. Si la ley no tiene vida, es un horizonte que no tiene sentido, va en contra del ser humano. Por ello, es importante captar el contraste de la fe de Jairo, que decide seguir la voz del Señor, con la falta de fe de la multitud que apretujaba a Jesús.

La condición de la mujer hemorroisa la pone en un escenario de muerte, pero toma una decisión, acercarse a Jesús. Esta actitud, para la mujer pudo ser difícil porque era imponerse a la ley. Tocar a una persona, cuando se está enferma, era hacerla impura. Pero, la ley no tenía el horizonte de la vida y por ello, la mujer por su fe se abre camino, pasa por encima de la ley y llega hasta Jesús, pues el plano no era otro que la muerte. Más aún, la lleva a violar algo más sagrado: los flecos del manto eran un recuerdo de Dios y de su ley, y tocarlos estando impura era un sacrilegio. Pero, Jesús le dice: “Hija, Tú fe te ha salvado”. La mujer no sólo se ha impuesto sobre la ley, sino que ha interrumpido el viaje angustioso de Jairo, pero que valió la pena porque ahora se convierte aquí en la Hija.

Ahora bien, la casa, la comunidad, el lugar de reunión de la familia de Jairo es un escenario de muerte, pero el adentrarse Jesús, se convierte en un ambiente donde se respira vida, resurrección, y por ende no hay que llorar, sino que hay que alegrarse. De ahí, que ante los contratiempos que pueden surgir en el camino, como le sucedió a Jairo: Jesús, le pide un nuevo gesto, tal vez más difícil que el anterior. Un gesto de no temer y tener fe.

Por lo tanto, ¿Qué encuentran las dos mujeres en Jesús por la fe? La vida. En Jesús hay vida y no muerte. Toda resurrección busca rescatar la dignidad de la persona. En Jesús se transforma la vida, se sana y se libera. Jesús es quien nos da la dignidad, y en él descubrimos todos los seres humanos, nuestra dignidad.

La postura que en efecto, debemos asumir frente a la persona de Jesús, como hombres y mujeres es descubrir la dignidad del ser humano para poder comunicar buenas noticias, y ser posibilidad de vida, de esperanza para quienes nos acompañan en nuestro camino, en nuestro proceso de vida. Nadie puede atropellar al otro ser humano. Si la norma no tiene la vida, no sirve para nada. Si no existe la honradez, la justicia, si no se crean lazos de vida, de amor, la ley no servirá para nada.

Todo hombre y mujer quieren vivir en dignidad. Pero, para vivir no se puede sucumbir en el ultraje o la violencia, en el irrespeto, lejos de la experiencia de Jesús, quien hace camino con cada uno de nosotros, como lo hizo con Jairo. Jesús es la posibilidad. De nosotros depende si la queremos tomar o por el contrario, preferimos mantenernos en la esclavitud, en la enfermedad del corazón (rencor, odio, egoísmo, individualismo, miedo). La esclavitud es incompatible con la obra del Buen Dios. Descubrir la obra de Dios y su poder, es dejarnos impulsar a la vida, a la verdadera libertad del Espíritu.

¡No nos dé miedo de buscar la libertad en Jesús! ¡No nos dé miedo de descubrir la dignidad de seres umanos, de hijos de Dios en el lugar de la vida que es la casa, la comunidad, la familia. La oferta está extendida y cada uno de nosotros elegimos qué es lo más importante.

 

Conclusión

Toda circunstancia límite nos pone en situación de vida o muerte y si bien es cierto que no siempre será muerte  física, sí será de muerte a algo que nos está robando la vida en abundancia ofrecida por el Señor Jesús.

Debemos sobrepasar con Él cualquier circunstancia crítica de nuestra vida y reconocer nuestra dignidad de Hijos de Dios para poder vivir la vida que Cristo nos ofrece.