Fundación Hombres y Mujeres de Futuro – Minuto de Dios

Guía de predicación

Semana del 5 al 9 de julio

AL CUIDADO DEL OTRO

Texto Base: Mateo 7, 12

OBJETIVO

Comprender que todos estamos llamados a acoger, a cuidar y a respetar la vida del otro en todas sus etapas, para ser un reflejo del amor de Dios de manera que haya un mundo más humano.

INTRODUCCIÓN

El Papa Francisco precisa que «la familia es el ámbito no sólo de la generación sino de la acogida de la vida que llega como regalo de Dios. Cada nueva vida “nos permite descubrir la dimensión más gratuita del amor, que jamás deja de sorprendernos. Es la belleza de ser amados antes: los hijos son amados antes de que lleguen”. Esto nos refleja el primado del amor de Dios que siempre toma la iniciativa, porque los hijos “son amados antes de haber hecho algo para merecerlo”» (Al 166)

Cuando hablamos de “Cuidar al otro”, nos referimos a la importancia que tiene la otra persona, cuidar al otro es una actitud de guardar, asistir, conservar, proteger su ser integral, porque es un hijo de Dios que ha recibido el don de la vida.

DESARROLLO DEL TEMA

  1. CUIDAR AL OTRO

La palabra “cuidar” en latín significa “cogitare” que quiere decir “pensar”. En otras palabras “cuidar al otro” es poner atención, asistir, conservar, guardar la vida, respetándola y amándola en todas las etapas de la vida.

Para poder estar al cuidado del otro, es preciso que en primer lugar nos cuidemos primero a nosotros mismos, pensando cómo me gustaría a mí que me cuidasen, como dice la Palabra de Dios “no hagas al otro lo que no quieres que te hagan a ti” (Mt. 7, 12)

Nos cuidamos a nosotros mismos cuando nos aceptamos tal y como somos, cuando no atentamos contra nuestro propio cuerpo (no accediendo a los vicios, a las impurezas, al libertinaje, al suicidio, a la depresión, etc). Cuando nos amamos porque somos hijos de Dios.

Cuando tú te amas a ti mismo, podrás dar el paso de amar al otro, de perdonarlo, levantarlo, de no juzgarlo, de ayudarlo. (cfr Mc. 12, 31; Jn. 13, 34-35))

  1. LA FAMILIA PRIMERA ESCUELA DE LA VIDA
  • La vida fluye a través de una familia, es el lugar donde se prolonga el don del amor de Dios
  • La familia está compuesta por personas iguales en dignidad. La persona se define como el culmen de la creación de Dios.
  • Es en la familia donde se aprende a valorar la vida, es el lugar donde se desarrolla la persona integralmente: cuerpo, mente, alma y espíritu.
  • En la familia la persona debe crecer en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres (cfr Lc. 2, 52) como lo hizo Jesús en la familia de Nazareth.
  1. CÓMO CUIDAMOS LA VIDA
  1. Cuando Cuidamos Los Pensamientos

“Cuida tu mente más que nada en el mundo, porque ella es fuente de vida” (Prov. 4, 23) No se trata solo de adquirir muchos conocimientos, se trata más bien de crecer en “sabiduría”; esta palabra viene del verbo “sapere” que significa saborear, en otras palabras, significa saborear el profundo sentido de la vida. Antes de cualquier forma para ayudar en el crecimiento del niño, lo primero es inculcar en el nuevo ser, desde el vientre, el valor por la vida. La vida es un regalo de Dios. Por tanto, crecer en sabiduría es gustar por el amor a Dios.

  1. Cuando Cuidamos Cada Una De Las Etapas De La Vida
  • Embarazo: Es una etapa un poco difícil, pero a su vez un tiempo maravilloso. La madre acompaña a Dios para que se produzca el milagro de una nueva vida (Al 168) Dios le permite a la mujer participar de este gran misterio y regalo que es la vida (Cfr Sal 139, 13). Por tal motivo, es inconcebible que se piense en el aborto, pues ese nuevo ser tiene derecho a la vida. La familia está llamada a proteger la vida.
  • Los recién nacidos e infantes: El don de un nuevo hijo, que el Señor confía a papá y mamá, comienza con la acogida, prosigue con la custodia a lo largo de la vida terrena y tiene como destino final el gozo de la vida eterna (Al 166). Comienzan a recibir todos los cuidados necesarios para que puedan crecer sanamente; tienen derecho a recibir el amor de una madre y de un padre. Es importante el amor de los dos para una maduración integra y armoniosa.
  • Los ancianos: El Papa Francisco nos ha hablado muchas veces del cuidado de los ancianos. Así como Dios nos invita a escuchar la súplica de los pobres, también espera que escuchemos el grito de los ancianos. (Al 191). Dice la Palabra de Dios “No me rechaces ahora en la vejez, me van faltando las fuerzas, no me abandones” (Sal 71, 9) La familia debe despertar el sentido de gratuidad con los ancianos, erradicando la mentalidad de desprecio, intolerancia e indiferencia por la vejez. Los abuelos necesitan el afecto de su familia; ellos son los transmisores de las historias familiares de generación en generación y también fueron pioneros en la construcción de la vida familiar. Es necesario erradicar la “cultura del descarte”, el abandono o la eutanasia que va en contra de Dios.

CONCLUSIONES

  • Estamos llamados a respetar la vida, reconociendo al otro igual en dignidad como una persona humana y no como un objeto. La vida tiene que ser valorada tanto la naciente como la terminal, y esto se aprende desde el seno de la familia, porque ella es “santuario de la vida”, donde el amor será la fuente más importante para cumplir con esta labor.
  • Acoger la vida en cualquier condición y hacerla crecer en todos los aspectos fundamentales, es una responsabilidad que todos tenemos para generar una sociedad más humana.
  • Cada vida humana es un don sagrado de Dios, que hay que cuidar, respetar y valorar, en esto se reflejará el amor de Dios, en que  seamos continuadores de la vida.