Los líderes de la comunidad como siempre estuvieron listos en la preparación del evento, así como las parejas, y los amigos que asisitieron para disfrutar de este día comunitario


El II Festival Comunitario de Hombres y Mujeres de Futuro, vio en las expresiones artísticas, reflejada la vena artística de su gente en la música, obras de teatro, bailes típicos y el espíritu de gozo y alegría arraigado dentro de cada uno.

Las diferentes sedes de la comunidad se lucieron con la gastronomía Colombiana, producto de la fusión de alimentos, prácticas y tradiciones culinarias de las diferentes regiones. Así se dieron cita de la región Andina del Tolima y Huila, la lechona y el tamal. De la cocina cundiboyacense nos deleitamos con el delicioso masato de Mosquera, el mute cocuyano y de los Llanos, la tradicional carne a la llanera.

El acto central fue la Eucaristía, presidida por el padre William y devotamente vivida por los asistentes.

No importaba si se había ido solo, en pareja, en familia o con los amigos, todos disfrutaron maravillosamente, con la alegría que nace de la posesión del mismo Espíritu, de la asunción de los valores fraternos y comunitarios y de la relación de amistad con Jesús.

Encontrarse con Jesús significa descubrir la felicidad que procura la práctica de su mensaje, las familias, los amigos, así lo demuestran cuando todos disfrutan las bendiciones de Dios, la vida se identifica con el amor, y éste no existe más que en la relación, de los esposos, de los amigos y de la comunidad.

Todos y cada uno de los miembros de la comunidad, adultos, jóvenes y niños participan de su Espíritu. Así, el rasgo propio de la comunidad es poseer una vida que es la vida-amor de Dios comunicada. El apóstol Pablo decía: «Esmeraos en el amor mutuo» porque el que es del Espíritu lleva necesariamente a trabajar por la unidad y el amor en la comunidad y a hacer penetrar en ella el modelo de hombre y de sociedad propuestos por Jesús.