FUNDACIÓN HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO
GUÍA DE PREDICACIÓN - Agosto 1° al 3 / 2024
SIGNOS CLAROS DE QUE EL ESPÍRITU SANTO ESTÁ EN TI
(Gal 5, 22)
Objetivo
Saber en qué medida estamos dejando obrar al Espíritu de Dios en nosotros,para progresar cada vez más en la recuperación de nuestra imagen y semejanza con Cristo.
Introducción
El Señor nos ha enviado su Espíritu para formar en cada uno de nosotros otro Cristo; para que nos vayamos pareciendo cada vez más al Hijo Amado de Dios y continuar la obra redentora del Señor. Los frutos de Espíritu Santo son un buen espejo en el que podemos mirarnos y descubrir si estamos dejando obrar al Espíritu en nuestra vida, podremos ver
cómo va nuestro caminar en el mundo con respecto al querer de Dios para nosotros.
Puede ser un excelente examen de conciencia el que te examines en los frutos que quiere producir el Espíritu en ti
Veamos algunos de esos frutos:
- El primero y más importante es el amor. Amar es hacer y desear siempre el bien para los demás, como una decisión, no como sentimiento. No hay nada más importante, no existe un signo más claro de que el Espíritu Santo está en ti que el amor, ese amor que te hace salir de ti mismo, porque sí, porque quieres el bien del otro.
Examinémonos con respecto al amor: ¿Cómo estoy hoy respondiendo a la obra del Espíritu en mí en cuanto al amor? ¿Deseo el bien de los demás durante el día y lo hago? O ¿pierdo las oportunidades que el Señor me da para hacerlo? Este es un punto muy importante para medir tu camino espiritual.
- El segundo fruto es la alegría. La bandera del Espíritu en los santos es la alegría, que no es vivir eufóricos, sino más bien un profundo gozo duradero, mucho más profundo que la superficialidad de la vida en el mundo. Un gozo que va más allá de las circunstancias. Podemos conocer si alguien tiene el Espíritu por el gozo que refleja y la forma como llena el lugar a donde está irradiando ese gozo profundo.
Examinemos cómo estamos experimentando ese gozo profundo del Espíritu o si más bien irradiamos, desesperanza, tristeza y espíritu conflictivo.
- Tercer fruto: La paz. Paz en hebreo es shalom, irene en griego, concepto muy poderoso en la biblia entera, lo que Dios más quiere para su pueblo, para sus hijos; es florecimiento de todo lo mejor para nosotros, la unidad, la solidaridad, la integración, armonía interior de mi ser, todo lo que conforma mi ser en armonía, mi mente, mi voluntad, mis facultades, mis relaciones personales, todo en mi vida caminando en armonía como fruto del Espíritu. Paz no es falta de problemas, o de inconvenientes en la vida, es armonía, sosiego en mi ser a pesar de todo.
Examinémonos: ¿Vivo la paz, la armonía como fruto del Espíritu a pesar de las circunstancias que me rodean?
- Cuarto fruto: Paciencia con el otro. La impaciencia nace de la falta de amor, porque veo que lo que está sucediendo no está de acuerdo con lo que yo quiero o con mi forma de ver las cosas, o no está en el tiempo que yo quisiera o no son mis términos. La paciencia se apodera de aquellos que están dominados por el amor fruto del Espíritu Santo.
¿Cómo vives el fruto de la paciencia con el otro?
- Miremos ahora el quinto fruto: afabilidad, es también amabilidad o cortesía. Es un hermoso fruto del Espíritu que nos lleva a tener detalles de amor con el otro, son pequeños acto de amor como detener una puerta mientras el otro pasa, darle paso al otro al salir del ascensor, ceder la silla etc. Si amar es desear y hacer el bien a los demás, pues estas son pequeñas expresiones espirituales de amor.
¿Cómo vivo la afabilidad en mi vida?
- Sexto fruto: Generosidad. Si el amor se ha arraigado en ti, entonces no vives apegado a nada, te vuelves generoso(a). Hacer conciencia de la generosidad de Dios con nosotros nos hace generosos y nos enseña que entre más generosos seamos más gracia recibimos.
¿Soy generoso(a) como el Señor lo es conmigo? ¿O soy una persona apegada a lo que tengo? ¿Dónde tengo puestas mis seguridades?
- Séptimo fruto: Dominio propio. Cuando el amor está arraigado a mi ser, entonces tengo do minio propio, me mantengo bajo control; no permito en mí pasiones desordenadas ni frustraciones, no dejo desbordar la ira en mí, porque entonces hago daño a los que están en mi entorno. El dominio propio es el control de mis pasiones dañinas, de mi ira, de mi mal genio, de mis gestos o palabras de desamor.
Conclusión
Permite que el Espíritu Santo, que es el Amor entre el Padre y el Hijo, Amor hecho persona haga su obra en ti, entonces comenzarás a dar estos maravillosos frutos de amor, paz, paciencia, etc. y así serás cada vez más como otro Cristo en la tierra.