FUNDACIÓN HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO
GUÍA DE PREDICACIÓN – septiembre 2-7 de 2024

AYUDAR A CRECER SIN DAÑAR AL HERMANO

Mt 18,15

OBJETIVO

Redescubrir la importancia de la corrección fraterna con una mirada que ame y ayude a crecer, que discierna y perdone al hermano, para caminar juntos hacia la santidad.

INTRODUCCIÓN

En el marco de reflexión en el evangelio de San Mateo capítulo 18, se encuentra el discurso eclesiástico de Jesús para sus discípulos. Allí se encuentran varios temas, entre ellos hallamos la corrección fraterna con un objetivo claro: “fijarse en el hermano” a la manera de Jesús.

La tradición de la Iglesia enumera entre las obras de misericordia espiritual la de corregir al que se equivoca.

3ª. obra de misericordia. CORREGIR AL QUE SE EQUIVOCA.

Sobre la corrección fraterna hablaba precisamente Benedicto XVI en 2012 (1):

"Ciertamente una de las obras de misericordia más difíciles es corregir; porque siempre estamos tentados a hacerlo con los demás sin el debido tacto; tampoco a nadie le agrada ser corregido, y mucho menos ganarse enemigos. Sin embargo, no corregir, no solo representa la comodidad de no tener conflictos, sino que es una falta de compromiso con la palabra de Dios, ya que gran parte de las crisis entre los seres humanos se deben al incumplimiento de este deber cristiano; implica superar una visión excesivamente centrada en uno mismo, para centrarnos en el bien del otro”

CORREGIR NO ES FACIL

¿Qué nos decía el actual Papa emérito sobre el tema?

“Hoy somos generalmente muy sensibles al aspecto del cuidado y la caridad en relación al bien físico y material de los demás, pero callamos casi por completo respecto a la responsabilidad espiritual para con los hermanos”.

Aprender a corregir no es fácil, pero si nos acercamos a Dios y nos dejamos contagiar por su Amor, seremos capaces de tender la mano a nuestros hermanos en sus necesidades, tanto materiales como en aquellas espirituales, en las que muchos esperan encontrar manos amigas y una sana corrección fraterna llena de cariño y misericordia.

Siempre será necesario que corrijamos a los que se equivocan aplicando la enseñanza que Jesucristo nos ha dejado con esta obra de misericordia espiritual, actuando con los demás, como quisiéramos que lo hicieran con nosotros. Esto es, mansedumbre, amor, humildad, sinceridad; evitando el camino opuesto, el del egoísmo, el orgullo, y el del propio interés. (Mt. 5, 3-12)

Cuando se corrige es necesario saber decir las cosas con habilidad para no ofender, buscando las raíces de la falla, y teniendo en cuenta que nadie hace las cosas de mala voluntad, de esta manera estaremos convencidos de obrar bien. La regla suprema de la corrección fraterna es el amor; querer el bien de nuestros hermanos y de nuestras hermanas. Se trata de tolerar los problemas de los otros, los defectos de los otros en silencio en la oración, para después encontrar el camino adecuado para ayudarlo en esta tarea. La mirada siempre debe estar en el crecimiento del otro, la meta es ponerlo en camino de salvación.

CONCLUSIÓN

Siempre es necesaria una mirada que ame y corrija por el bien del otro, que conozca y reconozca, que discierna y perdone como ha hecho y hace Dios con cada uno de nosotros. La corrección debe realizarse no como un juicio, sino como un servicio de verdad y de amor. Caminemos con alegría y con paciencia en este camino, dejándonos guiar por el Espíritu Santo.

TALLER

  • ¿Crees que necesitas conocerte a ti mismo para corregir al otro?
  • ¿Cuál es la meta de esta obra de misericordia?

Textos de apoyo

(Lev 19,17) (Lc 17,3); (Gal 6,1); (Mt 18,21); (2 Tim 3,16-18); (1ª Cor 10,33); (Stgo, 5-20)