La Encarnación es un Milagro de Amor

Dios estaba complacido en su santuario, el Padre y el hijo permanecen en contemplación eterna, a través del Espíritu Santo. El corazón misericordioso del Padre contempló al hombre a quien había creado a su imagen y semejanza y vio con tristeza que el hombre se había manchado con el pecado de desobediencia y soberbia, queriendo ser como Dios y no queriendo estar sometido a su señorío. El corazón  misericordioso del Padre no resistió vernos así; sale de sí mismo en el más grande acto de desprendimiento y envía a la tierra a su propio Hijo. 
 
La encarnación es la mayor muestra del amor de Dios, un Dios que se abaja hacia la criatura y la rescata para que retorne a él, la salva, le abre la puerta del cielo. 
 
El plan amoroso de salvación inicia precisamente en la encarnación desde donde ya podemos contemplar el camino de la cruz, muerte y resurrección.
 
Dios resucita en cada corazón. Dios ha puesto su morada en nosotros. Por tanto, este misterio de DONACION es el que hemos de vivir nosotros también con NUESTRO hermano.
 
Al encarnar el pesebre en el corazón, se contempla la grandeza de Dios en el corazón del hermano. Es allí donde se vive la Navidad, en el misterio del amor fraterno, en el amor de comunidad.
 
La Comunidad es un corazón vivo y palpitante, es un santuario donde se vive el amor trascendente de Dios, es un vientre de donde mana la vida, es un recinto sagrado en donde se vive la Navidad.
 
Durante todo el año y especialmente en este tiempo, estamos llamados a vivir lo que Dios Padre nos muestra con su ejemplo de donación y entrega. Cada Hombre y cada Mujer de Futuro se debe caracterizar por hacer vida el mensaje de reconciliación y caridad.
 
Este es un tiempo de siembra y lo que un niño aprende en estos días, queda grabado para siempre. Realicen misiones familiares, compartan mercados con familias necesitadas, visiten enfermos y personas privadas de la libertad, busquen a familiares y amigos que están alejados, den buen ejemplo de comportamiento diciendo NO al alcohol y realicen reuniones familiares en donde se construya el “pesebre en el corazón”.
 
Les deseamos una Feliz Navidad y un Año Nuevo lleno de bendiciones.
 
Humberto e Isabel