COMUNIDAD HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO
La memoria histórica de la fe en la familia
Guía de Predicación – Junio 5 de 2013
Queridos predicadores, la Conferencia Episcopal de Colombia, en este año de LA FE, ha editado, entre otros, una cartilla llamada “LA TRANSMISIÓN DE LA FE EN LA FAMILIA”, tema que nos ha parecido de gran relevancia, por lo cual hemos decidido tomar unos temas de allí para nuestras enseñanzas del mes de junio de 2013.
Seguimos orando para que el Señor, que es la sabiduría misma, los llene y los inflame con su Santo Espíritu.
Saludo cordial.
Ministerio de Maestros.
Reconstruir la memoria histórica: la fe ha hecho historia en cada familia
Tema y objetivo
El tema para este primer encuentro se centra en el reconocimiento de la fe que todos hemos recibido en nuestra familia. El objetivo de la reunión es tomar conciencia de la importancia de la fe en la familia. Esta fe ha tejido la historia familiar que está llena de acontecimientos salvíficos que expresan la bondad de Dios, por eso, hoy damos gracias a Dios por los padres y demás familiares que nos han dejado esta herencia tan bonita y tan valiosa.
Hecho de vida o testimonio
Un hombre le cuenta a su familia que cuando era niño tenía la costumbre de llegar tarde a la casa. Por más regaños que le dieran, no dejaba de llegar cuando ya todos estaban para terminar su comida. Los papas se cansaron y le dijeron: "Si vuelves a llegar tarde, tu comida será solamente pan y agua".
El muchacho no tomó en serio la observación de los papas. Al día siguiente, como de costumbre, llegó tarde. Todos estaban comiendo y el menú era interesante: carne, verduras, papa, arroz, torta especial y un postre fabuloso.
El muchacho entró y los papas le dijeron que podía sentarse en su acostumbrado lugar. Allí solo había un vaso de agua y un muy pequeño pedazo de pan. El muchacho se sintió morir. El golpe fue muy duro.
El papá esperó un buen rato a que el castigo surtiera más efecto y luego tomó su plato lleno de comida lo colocó en el lugar del muchacho y tomó para sí el plato con el solo pedazo de pan.
Y el hombre hoy, que era el muchacho de ese entonces, concluyó diciendo: toda mi vida he sabido lo que es Dios gracias a lo que mi papá hizo por mí aquella noche. (Historia tomada del libro "El evangelio de la familia. Catecismo de la Familia". Arquidiócesis de Tunja. Pag. 262).
Iluminación bíblica. 2Tim 1,3 -5
Doy gracias a Dios, a quien sirvo, como mis antepasados, con conciencia limpia, porque te tengo siempre presente en mis oraciones noche y día. Al acordarme de tus lágrimas, ansío verte para llenarme de alegría. Evoco el recuerdo de tu fe sincera, la que arraigó primero en tu abuela Loide y en tu madre Eunice y estoy seguro que también en ti".
Desarrollo del tema
La presencia de Dios creador está en el origen de todo ser humano y, por tanto, en toda paternidad y maternidad humana. De ahí que los espososestán llamados a "acoger al niño que les nace como hijo no sólo suyo, sino también de Dios, que lo ama por sí mismo y lo llama a la filiación divina. Más aún: toda generación, toda paternidad y maternidad, toda familia tiene su principio en Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo".
Este origen divino señala un derrotero y marca una historia para cada familia, es la historia de la salvación que se lleva a cabo desde el momento mismo en que se le permite a Dios ocupar el puesto que él merece en cada familia. En el Antiguo Testamento Ester confiesa: "Mi padre me ha contado que tú, Señor, escogiste a Israel entre las naciones" (Est 14, 5). La historia del pueblo de Israel se teje desde el seno de las familias que avanzan paso a paso y en fidelidad al Señor hacia la tierra prometida. Por eso para ellos la historia de su familia es la historia que el Señor ha ido marcando para todo el pueblo. La celebración de la Pascua es un momento especial para cada familia, porque se deben reunir para recordar el paso prodigioso de Dios para librar al pueblo y así se debe contar a las nuevas generaciones para que los niños y jóvenes entren en ese proceso de salvación y liberación.
Hemos leído el texto de la carta de Pablo a Timoteo y allíél testimonia que sigue la tradición de sus antepasados judíos dando culto a Dios con conciencia pura y alaba la fe sincera de Timoteo y le recuerda "esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre Eunice, y que estoy seguro que tienes también tú" (2 Tm 1, 5). En estos testimonios bíblicos la familia comprende no sólo a padres e hijos, sino también a los abuelos y antepasados. La familia se nos muestra así como una comunidad de generaciones y garante de un patrimonio de tradiciones" (Encuentro mundial de las familias, Valencia, 2006).
La familia depositaría de tradiciones y cultura. El Papa Benedicto XVI lo ha expresado de una manera clara y sencilla: "Cuando un niño nace, a través de la relación con sus padres empieza a formar parte de una tradición familiar, que tiene raíces aún más antiguas. Con el don de la vida recibe todo un patrimonio de experiencia. A este respecto, los padres tienen el derecho y el deber inalienable de transmitirlo a los hijos: educarlos en el descubrimiento de su identidad, iniciarlos en la vida social, en el ejercicio responsable de su libertad moral y de su capacidad de amar a través de la experiencia de ser amados y, sobre todo, en el encuentro con Dios. Los hijos crecen y maduranhumanamente en la medida en que acogen con confianza ese patrimonio y esa educación que van asumiendo progresivamente. De este modo son capaces de elaborar una síntesis personal entre lo recibido y lo nuevo, y que cada uno y cada generación está llamado a realizar" (Homilía Santa Misa VI Encuentro mundial de las familias, Valencia 2006).
Por estas razones todos tenemos el compromiso de defender y proteger este patrimonio familiar mediante el fomento de las buenas relaciones en el interior del hogar, especialmente en el encuentro generacional. Se requiere de un acto de generosidad y paciencia para que padres e hijos, abuelos y nietos, ancianos y jóvenes se sienten a conversar, a interactuar de tal manera que no se pierdan las buenas tradiciones familiares, los valores que por muchas generaciones se han construido y que no pueden ser sacrificados en aras de unas actitudes modernas que encierran al individuo en su yo, desconociendo a los otros y desintegrando el núcleo familiar.
La experiencia de Dios en el interior de la familia ha propiciado momentos agradables de encuentro, de compartir y de fortalecer lazos de afecto entre todos los miembros del hogar. Cuando hay celebraciones de los sacramentos la familia siente la fuerza del amor de Dios. La providencia divina ha acompañado siempre el caminar de nuestras familias. El trabajo diario, el pan de cada día, el estudio de los hijos, el vestido que utilizamos y la gracia del Señor en los momentos difíciles de la vida del hogar son testimonios evidentes de la presencia de un Dios que hace familia con nosotros y quiere seguir mostrando su poder y su gracia encendiendo cada día el fuego de su amor en el hogar.
Taller
1. ¿Qué enseñanzas de nuestros padres y abuelos nos han quedado muy
marcadas en nuestra vida?
2. Recordemos la celebración de nuestra primera confesión y comunión y
¿cómo vimos a nuestra familia en ese día?
3. ¿Por qué el señor de la historia que leímos al principio, recuerda tanto y
con cariño el episodio que le sucedió en la niñez? ¿Qué acontecimientos significativos recordamos de nuestra niñez y juventud que nos hayan sucedido dentro de la familia?
4. Hagamos un listado de las tradiciones o costumbres de nuestra familia que no debemos olvidar.
Acto celebrativo
Todos los participantes encienden una vela en la luz que ha permanecido iluminando durante toda la reunión. Con este gesto se quiere indicar el deseo de continuar conservando las buenas tradiciones y costumbres que ha tenido cada familia y concluyen con esta oración: Santísima Trinidad, ilumínanos y danos la gracia de valorar las tradiciones recibidas, y que nos apoyemos en ellas para seguir construyendo la identidad, la unidad y la integridad de nuestra familia. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén
Compromiso
En la familias hay tradiciones y costumbres muy buenas: juntarnos todos para comer, encontrarnos en navidad para compartir regalos y comida, ir a misa juntos los domingos, llevar ofrenda a los pobres en nombre de la familia, invitar a la familia a la celebración de los sacramentos de los hijos etc. Sería bueno que nos comprometiéramos a conservar alguna de estas sanas tradiciones que tanto benefician a nuestras familias y a la sociedad.
"Sagrada Familia de Nazaret, danos la gracia de conservar, de revivir y de retomar nuestras tradiciones religiosas y culturales que nos permiten mantener siempre nuestra identidad. Amén".