FUNDACIÓN HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO
Tema de predicación
Agosto 4 - 2021
CRECIENDO EN LA MADUREZ ESPIRITUAL
Objetivo
Presentar algunos signos de inmadurez o madurez espiritual que cada uno de nosotros podríamos estar mostrando, para que cada uno haga su diagnóstico personal.
Desarrollo
La madurez espiritual no se da únicamente por asistir a la comunidad o a un grupo de oración, aunque lleves mucho tiempo, o por hacer muchos cursos, asistir a muchos congresos o eventos religiosos o a muchos retiros; todo esto sirve, pero no es suficiente. Sobre esto escuchamos a san Pablo cuando les decía a los hebreos (5,12-13) “Al cabo de tanto tiempo, ustedes ya deberían ser maestros; en cambio, necesitan que se les expliquen de nuevo las cosas más sencillas de las enseñanzas de Dios. Han vuelto a ser tan débiles que, en vez de comida sólida, tienen que tomar leche. Y los que se alimentan de leche son como niños de pecho, incapaces de juzgar rectamente”
Algunos signos de inmadurez espiritual
1. El signo más elocuente es no dejarse guiar por el Espíritu Santo y mantener criterios humanos.
El creyente seguidor de Cristo no hace lo que quiere o lo que su conveniencia le diga que tiene que hacer. El creyente se deja conducir por las mociones del Espíritu Santo. (Gal 5,19-21)
Cuáles son esos criterios humanos: son los criterios del mundo, el facilismo, querer los máximos resultados con el mínimo esfuerzo, dejarse llevar por lo que esté de moda, la vida por el dinero, medir el éxito de la vida por el tener o el poder de las personas, el culto al cuerpo, dejarse llevar por el criterio de aprovecharse siempre de los demás (creer que esto es ser avispados), el poco respeto por las relaciones y el vivir de acuerdo con la falta de valores éticos del mundo, esto es el aborto la eutanasia, la cultura gay, etc.
2. Otro signo de inmadurez es no preocuparse por recibir alimento espiritual sólido.
Hay algunos creyentes que se acomodan recibiendo solo leche porque es muy cómodo; este alimento no nos exige mucho esfuerzo, no hay que masticar. El problema comienza cuando empezamos a recibir alimento sólido porque requiere de nosotros que lo mastiquemos. Ej: cuando se habla de sanación, todos corren a buscar el milagro, en cambio si la invitación es a una charla sobre la Biblia, pues son muy pocos los que asisten. Este creyente es inmaduro porque no quiere procesos en su vida, prefiere para su vida espiritual lo que sea rápido.
3. También es signo de inmadurez cuando la persona mantiene en divisiones y discordias, creando muchas veces división en la misma iglesia. (1°Cor 3b-4)
Creer que se es mejor porque pertenece a tal o cual comunidad o movimiento, burlándose de los que no pertenecen a nuestro círculo. Esto se da también para las relaciones interpersonales, cuando no hemos aprendido el valor de cada relación personal, sea familiar, laboral, de amistad etc. (Mt 5,24)
4. La persona inmadura se mantiene solo en el plano emotivo, no maneja sus emociones.
No es que las emociones sean malas, es que se quedan esperando sentir y viven la espiritualidad solo por sentir. Sentir cosas bonitas en la asamblea, en la oración o en un evento espiritual y juzgan el evento únicamente por lo que sintieron. Hacemos depender nuestra vida espiritual de nuestros estados de ánimo y de las circunstancias.
5. Un último signo sería querer agradar a los hombres antes que a Dios.
Esto es vivir de apariencias; comenzamos un camino espiritual y nos preocupamos mucho de que nos vean leyendo la Biblia, buscamos el reconocimiento de nuestros coordinadores o líderes, preguntamos mucho por lo que “toca” hacer, es decir nos quedamos en el nivel del mero cumplimiento. O, por el contrario, nos preocupa mucho el que dirán y que digan que nos estamos volviendo fanáticos y empezamos a esconder nuestra espiritualidad.
Notas distintivas de la madurez espiritual
Hablaremos ahora de algunos indicadores que pueden mostrar que realmente vamos creciendo espiritualmente.
- El crecimiento y la madurez espiritual no son el resultado de un esfuerzo personal, son el resultado de la acción del Espíritu Santo. (1Cor. 3,6). Por eso cuando oramos decimos: Señor me abro completamente a tu actuar en mí, quiero quitar los obstáculos que pongo para que tú puedas obrar plenamente en mí. De tal manera que la madurez espiritual es la conciencia de la acción del Espíritu de Dios en mí, ayudándome conocerme y reconocerme como hijo de Dios y al mismo tiempo pecador necesitado de Dios. Va creciendo nuestra oración y pasamos de pedirle al Señor únicamente la solución de nuestros problemas a estados más serenos de complacencia y afición por las cosas de Dios.
- Otro signo de la madurez del espíritu es la estabilidad espiritual. Esto es cuando no hacemos depender nuestra vida espiritual de nuestros estados de ánimo. En este nivel la oración, la lectura de la Palabra, la Eucaristía, la comunidad, etc., hacen parte de la vida, ya son como nuestra forma de vida, estemos de buen ánimo o no, hacen parte fundamental de mi vida.
- Ser espiritualmente maduro es ser totalmente coherente entre lo que se cree y lo que se vive.Una persona madura en el espíritu vive según el Espíritu de Dios en todos los aspectos de su vida: en sus relaciones familiares, en su trabajo en su área social, de dinero, en su vida sexual, en fin, su manera de vivir la vida es según Dios, no según los hombres. Es una persona que vive lo que cree.
- La persona que quiere madurar espiritualmente se forma, busca alimentarse con buen alimento sólido. Busca permanentemente buenos libros, charlas, cursos que le ayuden a crecer y a alcanzar la estatura que Dios quiere de ella.
¿Cómo sabremos que estamos creciendo Espiritualmente?
La respuesta nos la da el apóstol Pablo en Gal 5,22. El fruto de la obra del Espíritu en ti es: “lo que el Espíritu produce es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio”.
En la medida en que tú vayas sintiendo que estás realmente viviendo cada uno de estos frutos en tu vida, es decir que estás amando más y mejor, que ya no eres un amargado(a), sino que a pesar de las circunstancias hay gozo y paz en tu corazón, eres una persona más paciente, más amable y bondadosa, fiel, humilde y algo muy diciente, tienes más dominio propio, entonces podrás saber que realmente estás dejando actuar al Espíritu de Dios en tu vida.
No podemos olvidar que Dios es un Dios de procesos. Todos estos frutos del Espíritu Santo están dentro de ti en semilla, e irán creciendo y desarrollándose en la medida en que tú con tu oración y meditación de la Palabra de Dios, tu vida sacramental y comunitaria vayas dejando obrar al Espíritu que te habita en ti.
Conclusión
La madurez espiritual es una propuesta de vida que surge de experimentar al Espíritu de Dios en tu vida, de dejarlo obrar y de un seguimiento decidido al Señor. Esta madurez se dará en un proceso y llegará más rápido en la medida en que vayas depurando las ideas o comprensiones que tú tengas de Dios, para adaptarlas a la verdadera imagen de Dios, que es la que se nos presenta en la persona de Jesús: “Quien me ha visto a mí ha visto al Padre”. (Jn 14,9)
Bibliografía
Tomado del libro LA MADUREZ ESPIRITUAL. padre John Mario Montoya, cjm