FUNDACIÓN HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO
Guía de predicación - Noviembre 24 a 29 - 2025

EL PELIGRO DE LA CODICIA

(La parábola del rico insensato)

Lucas 12, 13-21

Objetivo

Cuidar el corazón de toda codicia y el deseo insaciable de tener más y más para sí mismo, sin pensar en los demás.

Introducción

Jesús es considerado como un maestro, una persona sabia que siempre transmite una enseña nueva. Por eso una persona lo aborda para pedirle que haga de mediador o de juez en un conflicto entre hermanos por una herencia. Se trata de un hermano menor que reclama el derecho legítimo de la herencia a su hermano mayor quien parece haberla acaparado (Lc. 12, 13)

Jesús se niega a esta solicitud, y por medio de esta parábola quiere ir más al fondo de la situación del conflicto que se genera por la codicia con esta frase cuídense ustedes de toda codicia” (v. 15) 

La codicia se expresa como el deseo compulsivo de llenarse de cosas para atesorarlas, vivir en la abundancia sin pensar en los demás. Aunque se esté en la abundancia la vida no depende de los muchos bienes que posea, por eso Jesús les propone que estén vigilantes para no perder lo que es esencial en la vida por las falsas ilusiones.

Enseñanza

La parábola habla de un hombre rico, al que le iba muy bien económicamente, había obtenido una gran cosecha y hacía cálculos para almacenarla y aprovecharla al máximo. Para guardarla, decidió demoler las bodegas pequeñas que tenía para construir unas más grandes, se trata de una planificación económica que le daría seguridad y bienestar en el presente y en el futuro.

El rico cree estar haciendo un ejercicio inteligente que le aseguraría su futuro:

  • Demoleré

  • Construiré

  • Reuniré todo lo que es mío

  • Me daré la buena vida

Pero el que se cree inteligente recibe una sorpresa de Dios, que le dice “necio” (estúpido) “está misma noche morirás” (v. 20) Llega el final de tu vida y no podrás llevarte nada.

De esta parábola se desprenden varias lecciones:

  1. La riqueza no te da la felicidad, es solo un espejismo pasajero.

  2. Hay que vencer la “codicia”, porque los bienes no son para uno solo, sino para compartirlos con los demás.

  3. La vida no se asegura por los bienes que tengas, solo Dios es el único que te la puede dar y conservar. 

  4. Por muy bueno que sea algo que tengamos, nunca te dará la verdadera felicidad, por el contrario, te traerá insatisfacciones y muchas preocupaciones.

  5. La vida terrena tiene un límite y nadie puede prever con exactitud cuándo será el fin, de allí que lo más importante es vivir la vida atesorando tesoros para el cielo, siendo ricos para Dios, compartiendo con los más necesitados, teniendo buenas relaciones fraternas, superando el egoísmo, siendo justos con Dios y con los demás.

Conclusiones

  • Quien solo se dedica a acumular y no se hace rico con Dios, dando prioridad a las buenas relaciones fraternas, estará condenado a vivir en soledad y frustración.

  • Los bienes que poseemos son fecundos cuando se comparten con los demás, no deben sustituir a las personas porque entonces la vida no tendría sentido.

  • Somos ricos solamente de lo que sabemos compartir.

Taller

  1. ¿Qué significado tienen para mí “mis bienes”, sean estos muchos o muy poquitos?

  2. ¿Qué lugar ocupan dentro de mi escala de valores?

  3. ¿Dónde está la seguridad y la confianza de mí vida?

  4. ¿Qué quiere decir la frase: “El buen discípulo es el que se enriquece en orden a Dios?

Textos de apoyo

Salmo 49 (48); Mateo 6, 19-21; 24-34