FUNDACIÓN HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO
Tema de predicación

Semana del 7 de septiembre - 2022

CUANDO NUESTRO TIEMPO NO ES EL TIEMPO DE DIOS

“Si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”

(Jn 11, 1- 44)

Objetivo

Aprender con Marta y María de Betania que el Señor nunca llega tarde y que el tiempo de Dios no siempre coincide con nuestro tiempo.

Desarrollo

En este texto el evangelista nos muestra que Marta y María estaban desconsoladas llorando por la muerte de su hermano Lázaro.

  • Actitudes de las 2 hermanas frente al dolor.

“Cuando Marta supo que había venido Jesús, le salió al encuentro, mientras María permanecía en casa”. (Jn 11, 20)

Una de las hermanas, María, se queda encerrada en sí misma como lamiendo su herida. En cambio miremos a Marta: dice la Palabra, le salió al encuentro.

  • Jesús siempre viene

Uno de los nombres de Jesús es “EL QUE VIENE” esto está en el libro del Apocalipsis 1,8, dice textualmente la Palabra: aquel que es, el que era y el que vendrá. Pero el original griego dice: aquel que es, el que era y el que viene. Miremos el tiempo verbal, está en tiempo presente.

Entonces ¿qué es lo que debemos hacer?

  1. Salir al encuentro del Señor. ¿Dónde salgo a su encuentro? En la Eucaristía, en la Palabra de Dios, en la oración, en la comunidad, en una lectura espiritual, en un retiro, etc.
  2. Hablarle al Señor con toda sinceridad de tu dolor y de tu tristeza, de tu desilusión. Porque “si hubieras estado aquí, mi hermano no hubiera muerto”. Marta y María le reclamaron a Jesús como diciéndole: Llegaste tarde. Muchas veces creemos que el Señor no nos escucha. Hablar con Él desde el corazón en lugar de encerrarse en el dolor.
  3. Renovar nuestra fe. Le dice Marta al Señor después de hacerle el “reclamo”: Pero aún ahora yo sé que cuanto pidas a Dios, Dios te lo concederá. (Jn 11,22). Proclamar nuestra fe por encima de nuestras explicaciones y razones. Es decir, por encima de lo que nosotros no entendemos está Dios. Como la santísima virgen María, que por encima de todo lo que vio y vivió siempre dijo “Hágase en mí según tu Palabra”. Esto es darle la última Palabra a Dios.
  4. Voluntad de obediencia: Proclamar que la última palabra la tiene solo Dios. Lo que se va a cumplir es lo que Dios quiere, es la voluntad de Dios. Esto es, saber que pase lo que pase o lo que pasó, es lo mejor que podía pasar. Si es la voluntad de Dios, es lo mejor. La voluntad de Dios es perfecta y todo lo hace cara a nuestra salvación y la de los que nos rodean.
  5. Tener mucho cuidado al buscar ayuda. Mirar que sea una ayuda idónea, que sea una persona de Dios, con fe madura y de buen testimonio. Porque nos puede suceder como a María que, como dice la Palabra, habían acudido a su casa muchos judíos para consolarla; pero no fue un buen consuelo, estaban allí para acompañarla, pero fue una consolación en la carne, una consolación que no iba más allá de este mundo pues decían: Éste, que abrió los ojos del ciego, ¿no podía haber hecho que éste no muriera? (Jn 11,37b). Lo que están haciendo sus amigos judíos es debilitar la fe de María, porque están desacreditando a Jesús. No era una verdadera consolación. No podemos olvidar que el gran Consolador el Señor.

Conclusión

Finalmente llega Jesús a Betania y revive a Lázaro, a pesar de lo que Marta y María creían. A pesar de las evidencias se cumplió la voluntad del Padre. Así mismo, a pesar de lo que nosotros pensemos o sintamos, Dios nunca llega tarde. La voluntad de Dios es perfecta, aunque nosotros no la logremos entender. Lo importante es proclamar nuestra fe por encima de lo que nosotros entendamos o no respecto a lo que sucede, y saber que el Señor siempre viene. Creer firmemente en lo que nos dice san Pablo en Romanos 8,28: “Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman”