FUNDACIÓN HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO
Guía de predicación julio 2 - 2025
JUBILEO 2025
“Camino de Purificación – Novenario Jubilar”
Primer tema
VALORACIÓN DE LO BUENO QUE HAY EN MI VIDA
(Salmo 139, 13-15)
“Tu fuiste quien formó todo mi cuerpo; tú me formaste en el vientre de mi madre. te doy gracias por tantas maravillas: prodigio soy, prodigios tus obras. Mi aliento conocías cabalmente, ¡De ello estoy bien convencido! No te fue oculto el desarrollo de mi cuerpo mientras yo era formado en lo secreto, mientras era formado en lo más profundo de la tierra”
Objetivo
Reconocer que somos una maravilla, hechos por las manos de Dios con amor infinito y que la belleza del ser humano va mucho más allá del concepto de belleza en el mundo.
Toma un instante de tu tiempo para que leas despacio la anterior cita bíblica, y puedas reconocer que eres una obra prodigiosa y maravillosa de Dios. Valora todo lo bueno que hay en tu vida, pues Dios te hizo tan bien, que no hay palabras para agradecer todo lo bueno y maravilloso que eres.
Desde antes de nacer, Dios ya tenía un plan perfecto para tu vida. Tu nacimiento, tu procedencia, tu familia y todo lo que te rodea no es un infortunio de la vida, o un error de cuentas, tu vida le pertenece a Dios, porque Él te creó, te salvó y se ocupa de ti en todo momento y circunstancia porque te ama.
Por eso, es importante que hagas un alto en el camino para que revises ¿qué áreas de tu ser interior aún no aceptas o rechazas?, ¿qué te molesta de ti mismo?, ¿cómo te tratas y cómo te valoras? Porque recuerda que el primer mandamiento dice: Ama al Señor con todo tu corazón…y ama a tu prójimo como a ti mismo (Mc 12, 30-31), porque para poder aceptar y amar a los demás es necesario aceptarte y amarte a ti mismo.
Conclusión
Dios no hace basura, eres una obra prodigiosa de las manos del Creador; que las exigencias del mundo con sus estereotipos no te hagan desconocer la verdad de lo que eres realmente.
Taller de reflexión
1. Mírate en un espejo grande y has una revisión de tu cuerpo y contesta: ¿qué es lo que más te gusta de tu cuerpo? ¿cómo puedes honrar al Señor por medio de tu cuerpo? Ahora lee 1 Cor. 6, 19-20 y da gracias a Dios porque eres templo del Espíritu Santo.
2. Reconoce ahora como te tratas a ti mismo: Cuando cometes un error o te equivocas, ¿con qué palabras o expresiones te hablas a ti mismo? ¿te felicitas por tus logros o aciertos? ¿eres implacable contigo mismo, te autocastigas? ¿reconoces tus fortalezas y habilidades, o crees que no sirves para nada? Lee Rom. 12, 2 y pide al Señor que sane tu vida y te ayude a reconocer lo maravilloso(a) que eres.
3. Observa a tu alrededor, y reconoce todo lo que tienes, lo que Dios te ha dado. Has una lista de las bendiciones que has recibido y glorifica con una alabanza al Señor por todo lo bueno que hay en tu vida.
4. Comienza este día, dándote un cariñito, sal a caminar, ponte el vestido más lindo, participa de la Eucaristía, y da muchas gracias al Señor porque Él te escogió y eres Su obra perfecta. Termina el día compartiendo con tu familia, sorpréndelos con un hermoso detalle, abrásalos y diles cuánto los amas.