FUNDACIÓN HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO
GUÍA DE PREDICACIÓN

Noviembre 2 – 2022

DIOS NUNCA TE DEFRAUDARÁ

(2a Tim 1, 12)

Objetivo

Aprender que en la medida en que tenemos puestos nuestras esperanzas y nuestra fe en personas cosas o sucesos, estaremos sometidos a vivir grandes desilusiones y a sentirnos fracasados.

Desarrollo

Qué es la desilusión: Es un sentimiento muy profundo que proviene de haber esperado algo con la seguridad de recibirlo y luego sentir que no lo hemos obtenido.

La desilusión sucede cuando hemos creado grandes expectativas en nuestro interior sobre algo o alguien.

Muchas personas viven con el pensamiento puesto en el pasado recordando siempre glorias pasadas, o buenos momentos vividos y se quedan como enganchados ahí. Otros viven soñando con un futuro mejor y esperan a que llegue mágicamente sin hacer cambios en su vida. pero casi nunca vivimos el presente que es lo único cierto que tenemos. Vivamos a plenitud cada minuto de la vida, pues cada instante está repleto de la gloria de Dios. (Jacques Philippe La paz Interior)

Uno de los secretos está en concentrarnos en el presente, en nuestras vivencias del día a día, palpando cada hora y disfrutando de la experiencia de cada minuto.

Si aprendemos a vivir con plena conciencia cada uno de los minutos en nuestra vida, aprenderemos a dar gracias a Dios por todo lo que nos acontece y lo que se nos da. Aprenderemos a agradecerlo todo en lugar de andar tristes y desilusionados por lo que ya no está o por lo que nos hace falta.

Debemos hacer conciencia de todas las capacidades que tenemos: Capacidad de amar y recibir amor, de reírnos, de comprender, de sostener una conversación, de leer, de sorprendernos, de servir, de dar un consejo, capacidad de abrazar, de hacer actos buenos con nuestros padres, hermanos, tíos, etc., de ser generosos, de engendrar un hijo(a) y sacarlo adelante, en fin… cada instante que vives conscientemente, te hará darte cuenta de lo afortunado(a) que eres, de la riqueza que tú eres, no tanto de la que tienes, sino de que eres un tesoro, el tesoro de Dios, por el que mandó su hijo al mundo, para rescatarte porque eres valioso para Él y te ama. (Isaías 43,4.)

El otro secreto está en que, en la medida en que vivamos abandonados en las manos del Padre, (Mt 6, 31-32), en la medida en que sepamos que nada es nuestro, que somos únicamente administradores, incluso de nuestra propia persona con nuestros dones y carismas, en la medida en que vivamos desprendidos de todo y de todos, sabiendo que somos responsables con todo y con todos, pero no poseedores de nada ni de nadie, en esa medida sabremos que tenemos lo que deberíamos tener. Ni más, ni menos. Entonces nuestras desilusiones serán mínimas y cada vez menos, sentiremos dolor por haber perdido algo. Santo Tomás de Aquino dijo: No es más feliz quien más tiene sino quien menos necesita.

Esa será la forma en que comenzaremos a cumplir con el primer mandamiento de la Ley de Dios. Amar a Dios “sobre todas las cosas”, ejercitándonos en el desprendimiento de todo y de todos y en el abandono en los brazos del Padre a la manera de Jesucristo, nuestro Señor.

Aprendamos a orar pidiendo para nosotros y para los demás la voluntad de Dios y no la nuestra.

Cómo lograrlo:

  1. Intimidad con el Señor permanente (Oración personal)
  2. Escucha de la Palabra (Meditarla)
  3. Vida sacramental
  4. Vida comunitaria
  5. Mantenernos en constante formación (Libros espirituales, charlas, reflexiones etc.)

Tenemos un modelo maravilloso de abandono en la providencia y esperanza en Dios y es la santísima virgen María.

Conclusión

Debemos comprender que nuestro presente en su mayoría es el resultado de nuestras propias acciones del pasado, y que, si no cambiamos nuestro actuar los resultados serán siempre los mismos. Cambiará nuestra manera de actuar cuando cambiemos nuestra manera de pensar y esto sólo se logra permitiéndole al Espíritu de Dios que nos transforme. La oración, el silencio, la Palabra de Dios y su introspección, la vida sacramental y comunitaria serán las herramientas que el Señor te dé para tal propósito.

Oremos al Santo Espíritu de Dios para que seamos llenos de Él y vivamos una vida ligera del gravoso equipaje de la desilusión y la frustración.

Textos de apoyo

Jer 48,13 Betel, dios rival del Dios del pueblo de Israel; Rom 9,33; Rom 10-11