Fundación Hombres y Mujeres de Futuro Minuto de Dios

Guía de predicación noviembre 25 al 30 - 2024

 

UN GESTO DE AMOR EN UN LUGAR OLVIDADO

Sexta Obra Corporal de Misericordia

“Visitar a los presos”

 

(Hebreos 13,3)

 

Objetivo:

 

Reflexionar acerca del valor de visitar a una persona privada de la libertad, para salir de la indiferencia y confort, pues los presos son personas que sufren la soledad y el rechazo de la sociedad y necesitan de compañía y consuelo.

 

Desarrollo de la Enseñanza

 

Acuérdense de los presos, como si también ustedes estuvieran presos con ellos” nos enseña la Carta a los Hebreos capítulo 13, versículo 3. Y es que realmente las personas que se encuentran en una cárcel son olvidadas incluso por sus mismos familiares y amigos; y necesitan de personas misericordiosas llenas de amor para hacer un alto en el camino, y dejando aun lado la indiferencia se atrevan a ejercer esta obra de misericordia.

 

La vida en una cárcel

 

Está marcada por la soledad, la amargura, el desespero, la incertidumbre, la falta de oportunidades e incluso la falta de justicia. Una persona presa, siente que su vida se acabó en esas cuatro paredes, oscuras y con rejas. 

Ingresar a una prisión no es otra cosa que entrar en el espiral de la rabia, el rencor, la violencia, muchas veces esta no es la solución para regenerar a una persona, especialmente a los jóvenes, pues más bien es un lugar o escuela donde se aprende a delinquir. El ser humano no fue creado para vivir en cautividad, sin embargo, son realidades lastimosas de quienes han incurrido en un delito.

Podemos comparar también la vida en una cárcel, como la zarza ardiente que estaba en el desierto, llena de espinas y de difícil acceso y de donde Dios está diciendo: “He visto la opresión de mi pueblo, sus clamores han llegado hasta mis oídos” (Éxodo 3, 7)

 

La cárcel transmite negatividad, tristeza, en este lugar no se puede llorar, porque si un preso llora delante los funcionarios, se muestra como una persona débil, si llora delante de los compañeros, es un cobarde, y si llora durante las llamadas telefónicas o en las visitas de sus familiares, estos se van peor de lo que llegaron. El preso tiene que hacerse el fuerte aunque su corazón esté a punto de estallar; y llorar es algo que necesita para ser consolado. 

 

Como ejercer esta obra de misericordia

 

Cuando se visita a un preso hay que recordar que es como si estuviera visitando al mismo Jesús que dijo ““cada vez que lo hiciste con un de estos, conmigo lo hiciste” (Mt. 25, 40) 

Para visitar a un preso hay que ir con amor y misericordia, poniéndose en los zapatos de la persona, entendiendo la situación sin juzgamientos, ni recriminaciones, siendo una luz de esperanza en medio de la oscuridad y la tinieblas que se viven en una cárcel, siendo un canal de bendición, a través del don de la escucha, la oración de intercesión y la evangelización.

También se puede apoyar a la Pastoral Carcelaria que hay en la Iglesia, donde se puede ofrecer el voluntariado de enseñar algún arte u oficio a los presos y de llevar recursos materiales para los mismos.

Verdaderamente visitar a los presos, es una obra de misericordia que requiere de desprendimiento y valentía pues no es fácil, por eso hay que pedirle al Señor la fuerza y la disposición para hacerlo.

 

Conclusiones

  • Visitar a los presos es un gesto de amor misericordioso con las personas que han sido olvidadas por sus errores y fracasos.
  • El Papa Francisco dice que vivir esta obra de misericordia es el antídoto contra la indiferencia y el hedonismo de pensar solo en mi propio bienestar y en cerrar los ojos a los que sufren con el viejo adagio “ojos que no ven, corazón que no siente”
  • Sin importar los delitos cometidos, no podemos olvidarnos de los presos que sufren la condena de la indiferencia, el abandono y la soledad.

Taller de Reflexión

 

ü  ¿Has tenido la experiencia de visitar a algún amigo o familiar preso? ¿Cómo fue esa visita y para que te sirvió vivir esa experiencia? 

ü  ¿Qué otras acciones (además de las mencionadas en el tema), puedes hacer para vivir esta obra corporal de misericordia?

 

Textos de Apoyo

 

Mateo 25, 34-36; Isaías 61, 1; Isaías 42, 7; Salmo 107, 14, Salmo 146, 7